Los dos cuerpos del Rey del pop

No es casualidad que acerca de ciertas estrellas de la farándula, en algún momento de su carrera, se comience a correr el rumor de que en realidad murieron y que el que conocemos es un doble o un impostor. También se llega a decir, en el caso contrario, que aquellas estrellas que pensamos que han muerto en realidad siguen por ahí siendo vagabundos o viviendo una vida común en un pueblo desconocido. El fenómeno del doble cuerpo del rey, que es bien conocido por los especialistas en antropología e historia, reaparece aquí con los nuevos reyes del pop. Por eso Michael Jackson, el –mundialmente reconocido como tal– rey del pop, puede dar conciertos actualmente en holograma y no importa, pues al igual que con los antiguos faraones o emperadores de muchas civilizaciones perdidas, el cuerpo biológico pasa a un segundo término, mientras que lo que es venerado y tiene la potencia de sobrevivir es su imagen. Cuando de una estrella de pop se trata, esto queda bastante claro. Estas estrellas, de hecho, se sacrifican desde el principio. Desde antes de que sean reconocidos comienza su inmolación y una vez que alcanzan la fama se puede decir que ya están muertos, tal como as obras de arte cuando llegan al museo, por ejemplo. Desde entonces se convierten en un producto a consumir. Su vida no importa más que como mercancía y fetiche que sólo sirve para alimentar los deseos de la población. Pasa lo mismo que con aquellos animales que son criados en granjas industriales. Esa vida no es vida, como dirían nuestros amigos los animalistas. Lo mismo pasa pues con las estrellas de pop, especialmente las de Hollywood. Generaciones y generaciones de ellas están ya predestinadas desde el nacimiento a llevar una vida altamente sometida a disciplinas insufribles a fin de llenar los estereotipos exigidos por la industria de la imagen. Pasa lo mismo con aquellos niños criados en diferentes partes del submundo sólo con el fin de que sus cuerpos sirvan para la venta de órganos o la prostitución infantil. Estas criaturas nunca alcanzan la categoría de «sujetos». Así también nuestras estrellas del pop, nuestros políticos y nuestros millonarios. Sirven solamente como alimento de una maquinaria que lo destruye todo y que los pone a servicio de una humanidad descontrolada que, al no conocer sus propios mecanismos inconscientes, destruye lo que bien podría ser el sueño mismo de lo humano.

michaeljackson

Categorías Muerte, Pop

1 comentario en “Los dos cuerpos del Rey del pop

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