SUBLEVACIONES Y LEVANTAMIENTOS: Sobre la exposición curada por Georges Didi-Huberman en el MUAC

Soulèvements se puede traducir como sublevaciones, pero también como levantamientos. En México desgraciadamente estas dos traducciones pueden remitir a operaciones totalmente distanciadas unas de las otras. La sublevación siempre se lleva a cabo contra una autoridad que se pretende echar abajo en el momento de la ejecución del acto sublevante. Por otro lado, en su acepción más simple y directa, el levantamiento puede darse por potencia propia, es decir, se trata de un movimiento de abajo hacia arriba también, pero sin responder forzosamente a ninguna figura en el poder ni ninguna otra fuerza que se le oponga oprimiéndola. Sin embargo, «levantamiento» también es un término que se usa coloquialmente para referirse a la desaparición misteriosa de personas alrededor del territorio mexicano. Este último giro semántico nacional, que no haría nada adecuada la traducción del título de la exposición curada por Georges Didi-Huberman, como «levantamientos», no nos deja otra opción más que decantarnos por la sublevación.

La exposición Sublevaciones, próxima a inaugurarse el 24 de febrero del presente año, viene a caer en un contexto, quizá no fortuitamente, donde se le necesita. Como todos sabemos, este año vienen las elecciones a la presidencia de México y no hay muchas opciones. Sabemos que estamos en una especie de callejón sin salida. No se puede pensar sino como un acto de sublevación cualquier giro inesperado que se le pueda dar al destino trágico que parece ya marcado para nuestro país. Al mismo tiempo que la exposición estará dentro del museo mostrándonos imágenes de sublevación de manera poética, afuera muy probablemente habrá muchos intentos de llevarla a cabo. La poética que emerja de estas tentativas dependerá de cada caso. Lo cierto es que en México no nos es ajeno el juego con las imágenes, desde los memes hasta las máscaras, desde los colores hasta las efigies religiosas. Aún con la agenda política que caracteriza al MUAC, en el museo se corre siempre el riesgo de que cualquier exposición se quede como mera propuesta estética, en la que cualquier emoción no pasa de la contemplación. Pero es verdad también que siempre existe un cotrarriesgo, afortunado en este caso, de que la emoción se propague e impulse a la acción.

La acción de la que estamos hablando no sería otra cosa sino resultado de lo que Didi-Huberman, siguiendo a Freud, identifica como la «indestructibilidad del deseo». Efectivamente, es posible hacer una lectura a toda la obra de Didi-Huberman a partir del seguimiento del deseo. Ésta se contaría en una serie de actos que irían desde la aparición del síntoma y su relación ambivalente con la sublimación en la corporeización del deseo. Luego pasaría por la supervivencia y la toma de posición de ese deseo, para constituirse gradualmente en una pequeña luz emergente, pero aún no resuelta o conforme. Entonces la sublevación puede ser leída bajo esta lógica como un siguiente movimiento que describe la irrupción del deseo. Ahora bien, ¿cuál es el próximo golpe del deseo?, ¿qué forma toma?, ¿para qué irrumpe?, ¿con qué fin se subleva? ¿Hay acaso una imagen no sólo de sublevación, sino de un otro mundo posible?, ¿una heterotopía quizá? O quizá todo este recorrido no ha pasado de ser otra cosa que la descripción misma del síntoma con la cual empieza el relato que hemos hecho aquí. Ya sea como imagen, como lucero o como espacio otro, el deseo siempre retorna con toda su fuerza, sobre todo recordando que con la heterotopía no se acaba nada sino que siempre se recomienza.

Más allá de que en este texto vayamos a responder a algo de lo que preguntamos en el párrafo anterior o que intentemos cerrar el sentido de la exposición encaminándolo hacia una determinada postura política, de lo que se trata es de hacer una deriva y una provocación a la vez, posicionando una invitación/incitación en un contexto como el nuestro. Para ello, por último, alejándonos de la exégesis y acercándonos más a la heurística, plantearemos un ejercicio visual. Hablando de sublevaciones y levantamientos, podríamos muy bien hacer una especie de historia reciente de México a través de imágenes. Es probable que este mosaico contenga muestras de pesimismo, imágenes fuertes que aluden a la tortura, el asesinato y en última instancia a la desaparición. Pero frente a ello siempre otras cosas aparecen y se levantan: la empatía, el apoyo mutuo y finalmente una escena en movimiento relativa al levantamiento de escombros resultado del temblor del pasado 19 de septiembre, la cual de hecho está incluida también en la exposición. Cualquier efecto o consecuencia del siguiente ejercicio es responsabilidad de quien lo mire.

 

 

Imágenes:
1. Julio César Mondragón, estudiante con el rostro desollado sin explicación alguna (foto anónima).
2. Menores asesinados en Coyuya de Benítez, Guerrero, el 12 de septiembre de 2017 (foto: Bernardino Hernández, Cuartoscuro).
3. La bandera mexicana después del temblor del 9 de septiembre de 2017 (Noticieros Televisa).
4. Rescatistas bajo la lluvia pasan las donaciones de unos a otros (foto: Alejandro Velázquez, Periódico Reforma).
5. Rescatistas levantando los escombros después del temblor del 19 de septiembre de 2017, en la Ciudad de México (gif generado a partir de video de Youtube).
*Este texto está muy libremente basado en una charla que tuvimos dos miembros de Postfilia / Fólder 001, fanzine de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, con Georges Didi-Huberman, el 6 de novimebre de 2017 en París, Francia, de la cual no hay grabación de audio ni video, aunque sí un registro casi accidental.

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